Y tú, ¿para quién te vistes?

Por la mañana nos levantamos y tras una ducha, nos vestimos. Rutina diaria que se puede convertir en minutos de dudas sobre qué ropa ponernos.

Esta decisión dependerá de la actividad, el lugar, el clima y el tiempo climatológico del día, la hora, pero también con quién o quiénes vayamos a estar. Porque no es lo mismo estar tele trabajando en casa que tener una reunión con clientes o proveedores, ser el alumnx en un curso o ser el profesor/a, quedar para una comida con un familiar, tomar unas cañas con amigxs, ir de compras por la ciudad, hacer la compra al supermercado, ir a la playa, o hacer deporte.

Aunque no seamos muy conscientes de ello, todos proyectamos nuestra personalidad a través de la imagen. Al fin y al cabo la ropa, es una forma de expresión no verbal. Multitud de rasgos identificativos, como la cultura y los gustos, se revelan. Menos de noventa segundos se tarda en dar la primera impresión. Juzgamos por la imagen de forma consciente o inconsciente. Por lo tanto, si queremos ser eficaces y conseguir los objetivos personales y profesionales que nos propongamos, tendremos en cuenta nuestra imagen personal.

Las prendas que llevamos y cómo las llevamos dependen de la edad, constitución, estilo de vida, trabajo, entorno social, presupuesto, educación, cultura, religión, carácter y personalidad. Dependen de tantas cosas, que por eso, nos diferenciamos unxs de otrxs. Porque, aunque coincidamos con el mismo jersey, camisa o chaqueta,  seguro que llevamos diferente un complemento u otra prenda, que nos diferencia.

Uno de los aspectos que podemos tener en cuenta, es el color de nuestras prendas. Cuando vestimos con los colores que nos favorecen, nos sentimos más a gusto, suelen coincidir con los tonos que más nos gustan, y además, por lo general, recibimos halagos sobre nuestro aspecto, se nos ve con mejor cara, parece como si brillaran más los ojos, y la piel estuviera más tersa.

Pero ¿qué color o colores escoger?. Podemos pensar en el significado de los colores para conseguir inspirar más confianza y credibilidad. Porque los colores transmiten sensaciones a la persona que los lleva y a su entorno.

Algunos  psicólogos aseguran que los colores influyen en la comportamiento humano. Afirman que a través de ellos, expresamos nuestro estado de ánimo, carácter, personalidad, así como, los sentimientos. Pero, no sólo en la propia persona, también está demostrado que los colores que nos ponemos influyen en cómo nos ven los demás.

¿Qué significado tienen los colores?

Los colores hablan, un lenguaje  que es internacional, no entiende de idiomas, aunque sí de culturas.

Blanco:  Pureza, inocencia, relajación, luto en China, limpieza, claridad, minimalismo, simplicidad, justicia.

Beige: Fascinación, elegancia, confianza.

Amarillo: Ánimo alto, estimulante, optimismo, extrovertido, alegre, creatividad.

Naranja: Vitalidad, joven, estimulante.

Rojo: Energía, pasión, valor, seguridad en sí mismx, poder.

Rosa: Dulzura, discreción, amor, encanto,  tranquilidad.

Morado: Creatividad, sensibilidad, rebelde, espiritualidad, sabiduría, calidad.

Marrón: Calidez, simpatía, relajación, seriedad.

Verde: Moderación, esperanza, equilibrio, armonía, relajación, imaginación.

Azul: Confianza, orden, serenidad, poder.

Gris: Sobriedad, seriedad, estabilidad.

Negro: Autoridad, silencio, elegancia, seriedad, poder, sofisticación, tristeza, nobleza, luto, minimalismo.

La moda es un instrumento que se puede utilizar para mostrar nuestro mejor aspecto, consiguiendo que nos sintamos satisfechos con nuestra imagen.

¿Por qué cuidar la imagen personal?  Porque damos una imagen más cuidada, porque la ropa habla de nosotros,  y lo más importante, aumenta la confianza en nosotros mismos cuando sabemos que hemos cuidado nuestro aspecto, pero también puede minarla cuando no lo hacemos.

Cuidar nuestra imagen personal inspira confianza, credibilidad, sinceridad, eficacia e incrementa la autoestima. Por lo tanto, vistámonos para nosotrxs mismxs.